Luego de la charla titulada “Distribución del ingreso y la riqueza, trabajo y protección social” se abrieron muchas interrogantes y necesidades de intercambiar información, conocimiento y reflexiones. Como decíamos en la nota de motivación anterior “conocer la distribución del ingreso y la riqueza es un valor en sí mismo dado que la sociedad continuamente interpela y se siente interpelada por asuntos de justicia distributiva, donde cada persona tiene un imaginario, a veces bien informado y a veces no, sobre cuál es su lugar en la fila de la distribución y en función de ello construye sus opiniones sobre la política y sobre los problemas sociales.”
Esta inquietud sobre asuntos de justicia social se expande cuando entran en juego no sólo las retribuciones que las personas consiguen en el mercado de trabajo sino las que reciben por concepto de gasto público a través de bienes, servicios y transferencias, y llega al infinito cuando agregamos las discusiones sobre la justicia del sistema tributario.
Se ha construido un imaginario social, en especial a través de los grandes medios de comunicación pero también muy expandido en las redes, en el cual aflora en forma permanente y muchas veces violenta una idea que merece ser analizada en detenimiento dado su falta total de asidero en la realidad.
El pensamiento conservador, no importa de qué partido, sostiene y repite que vivimos en una sociedad donde una minoría, pequeña o no tan pequeña, vive del esfuerzo de los demás y lo hace a través de dádivas que consigue del Estado en forma de planes sociales.
Nadie puede decir que no ha escuchado o leído esto en alguna parte, en su barrio, en su trabajo, obviamente en algún medio masivo de comunicación o en las redes sociales.
Sin embargo un análisis cuidadoso del gasto, unido al ingreso y la riqueza y en interacción con el sistema tributario podrá mostrar que esta idea está muy lejos de la realidad
Lamentablemente, y como se vio en la charla anterior, la gente no elige en qué lugar de la distribución del ingreso y la riqueza se posiciona y mucho menos elige quedarse en la parte de abajo de dichas distribuciones, la pobreza no es una opción personal sino una consecuencia no deseada de la distribución. Al menos no deseada por los que la padecen.
Unido a esto podemos decir que si bien el gasto público y los impuestos han evolucionado en forma positiva en relación a los actuales riesgos sociales en estos últimos años estamos lejos de poder afirmar aún que le estamos dando más a los que más lo necesitan.
Los importantes y crecientes gastos en seguridad social propios de una sociedad en avanzado proceso de envejecimiento no auspician un futuro sencillo para poder destinar a los niños los mínimos necesarios para un desarrollo humano integral y sostenido. Y las acciones redistributivas del Estado han estado lejos de lograr redistribuir las riquezas de la sociedad que siguen concentradas en el 1% más alto.
Mejorar sistemas tributarios, reordenar gastos, repartir riquezas, son algunos de las ideas que en primera instancia pasan por las mentes de quienes comulgan con trabajar por más igualdad
De eso se trata este intercambio y a sabiendas que es una temática interminable y siempre opinable esperamos que la iniciativa nos ayude a pensar mejores ideas
Nos vemos!!